Conoce sus síntomas, causas, factores de riesgo y secuelas que deja la rosácea. No dejes que los enrojecimientos opaquen tu rubor natural.
La rosácea es una enfermedad crónica que a menudo afecta la piel de nuestro rostro. Suele iniciar con enrojecimientos episódicos en la nariz, frente, barbilla y mejillas. Luego siguen los enrojecimientos persistentes y lesiones inflamatorias, donde aparecen unos granitos rojos con pus y ciertas venitas rojas en las zonas medias del cutis.
Algunos especialistas piensan que la rosácea es hereditaria, otros creen que ocurre cuando los vasos sanguíneos se expanden con demasiada facilidad, causando así los enrojecimientos en la piel. Para prevenirlos, debes conocer todo sobre esta lesión que afecta notablemente nuestra apariencia.
¿Por qué ocurre?
Sus causas aún son desconocidas. Pero hay personas que por ciertas características (sexo, edad, color de piel) son más propensas a adquirir esta afección crónica. Por ejemplo la rosácea suele presentarse en las mujeres de piel blanca, entre los 40 a 50 años, sobre todo en la etapa crítica de la menopausia.
Sin embargo, la rosácea puede manifestarse por primera vez en la adolescencia y también en hombres de dicho rango de edades. Es más, los síntomas que los varones presentan son más graves y a muchos la rinofima (deformidad de la nariz por engrosamiento anormal de la piel) los invade.
Secuelas
Si bien la rosácea no es tan grave ni contagiosa, afecta considerablemente las relaciones con los demás. Ya sea en los planos sociales, profesionales o amorosos. Esto ocurre porque pierden la confianza en sí mismos y sienten mucha vergüenza frente a los demás. Y mientras no se encuentre la cura determinante, la frustración seguirá.
¿Qué debo evitar?
Como se ha señalado, se desconocer el origen de esta penosa enfermedad. Pero existen factores de riesgo que pueden provocarla y sobre todo empeorarla. Te damos unos consejitos para que los evites:
- No te expongas demasiado al sol. Utiliza fotoprotectores para que los rayos solares no afecten tu piel.
- Tampoco estés mucho tiempo en lugares muy calientes, fríos o ventosos. Recuerda que los cambios bruscos de temperatura también perjudican nuestra tez.
- No utilices cremas o pomadas que contengan corticoides tópicos. Solo utilízalos con recomendación médica.
- Cuida tu alimentación. Evita comidas picantes, condimentadas y muy calientes. Tampoco consumas quesos fermentados.
- Evita el alcohol porque tiene el potencial de desencadenar un ataque de rosácea. No te vuelvas dependiente de las bebidas estimulantes.
- No todo cosmético te garantiza tu belleza. Existen muchos que pueden originarte daños faciales.
- Evita la ansiedad y el estrés. Practica técnicas de relajación y harás del problema de la rosácea un motivo más por el cual triunfar.