Si ya tienes un perro en casa y quieres insertar uno nuevo, tendrás que tomar en consideración ciertas normas para que ambos se asimilen correcta y tranquilamente.
Juntar a dos perros en un mismo ambiente para que convivan diariamente no es una tarea fácil. Ellos viven bajo ciertas jerarquías que se tienen que respetar para que haya paz en el medio en el que se desenvuelven. Por ello, si has decidido tener una mascota nueva, tienes que asegurarte de que se pueda insertar correctamente en tu hogar sin alterar a tu compañero más antiguo.
Lo primero que debes hacer es separar las zonas de las mascotas. Tienes que mantener el territorio de tu antiguo perro y hacerle uno nuevo al recién llegado. Ninguno debe meterse en el espacio del otro para que no hayan problemas de territorialidad.
Luego sigue el primer encuentro. Este se tiene que realizar en un lugar neutral, que no pertenezca ni al antiguo, ni al nuevo perro. Puede ser en la calle o en un parque. Ambos tienen que hacer contacto visual y empezar a olfatearse. Ten en cuenta que si tu perro tiene antecedentes de ser agresivo, traer una nueva mascota a casa sería un gran error. Ten a tu lado a un amigo para que tu cuides a tu mascota y él a la nueva. Ambos deben estar con correas.
El siguiente paso es conocer la casa. El perro antiguo debe entrar primero y sin correa, este le permitirá al nuevo ingresar y así la relación se irá construyendo de la mejor manera posible. Debes cerciorarte de que el nuevo can esté tranquilo para que pueda entrar. La primera habitación que le mostrarás será la que él va utilizar. Dale de comer y que reconozca su espacio. Enseguida paséalo por los demás cuartos, solo si quieres que él ingrese en ellos.
Por último, preséntale a cada integrante de tu familia para que los vaya reconociendo y les agarre confianza. Recuerda que las primeras semanas deberás estar muy atenta al comportamiento de los dos animales. Si ves índices de agresividad lo mejor será separarlos y consultar con un entrenador.
Nunca debes imponer el cachorro al perro adulto, ni dejar que el más viejo intimide al pequeño. Tampoco puedes permitir que ambos compartan la zona de la comida. Si tienes en cuenta todos estos consejos, la inserción del nuevo integrante de la familia será un éxito absoluto.