¿Tienes una uña rota, rajada o a punto de desprender? ¿Te molesta tener que recortar el resto de ellas a causa de una? Tranquila, ¡la solución está cerca!
La terrible sensación de notar el quiebre de una uña es indescriptible. Frustración, limas y utilizar el cortauñas es lo primero que cruza por tu cabeza. Pero lo que no sabes es que arreglarla es mucho más fácil que arruinar el resto de dedo.
Paso 1
Limpia la uña que ha sido quebrada, es decir, quítale el esmalte, las cremas o lociones que te sueles aplicar. Corta una tira de papel tissue o de bolsa de té que cubra la zona quebrada.
Paso 2
Aplica líquido reparador o pegamento de nail art en la uña. Luego empapa el papel en el mismo pegamento y aplícalo sobre la zona afectada.
Paso 3
Deja actuar unos minutos y aplica otra capa del pegamento. Si la quebradura es grande, aplica otra capa de papel y repite todo el proceso. Si puedes, deja secar toda la noche antes de aplicar esmalte o cualquier decoración a la uña. Esto permitirá un mejor acabado.
Pronto verás que esa uña rajada pasa desapercibida. Si se quebró totalmente hasta el punto de salir, lo que debes hacer es pegar primero ese pedazo de uña con pegamento de secado rápido. Luego procede exactamente igual que en los tres pasos anteriores.
Por último, si el problema es insalvable soluciónalo con la ayuda de una uña postiza para disimular la emergencia. No te dejes vencer por una rajadura o ruptura, hay muchas maneras de solucionar el problema. ¿Ya probaste este truco o tienes otro método? Comparte tu experiencia con nosotras.