El beso tiene infinidad de formas, puede ser muy dulce y cariñoso o agresivo y sexy. Lento, fugaz, tímido o desenfadado… mil posibilidades para estar en contacto.
Los besos son el preámbulo a la situación amatoria, dicen mucho del carácter de una persona y cómo ésta se desenvuelve con su pareja. Una relación sexual sin besos puede demostrar falta de intimidad y confianza en el otro.
El kamasutra es un libro de origen hindú que desarrolla fórmulas acerca del comportamiento sexual humano. Entre sus teorías más famosas está la clasificación de los besos. Más de treinta tipos entre besos y mordiscos pueden mejorar drásticamente nuestra vida íntima.
En primer lugar vamos a categorizar los tres tipos básicos de besos:
1. Beso normal: es el tipo más común en el que los labios de la pareja solo se juntan. En nuestro vocabulario podríamos denominarlo “piquito”.
2. Beso de succión: la mujer toma entre sus labios el labio inferior de la pareja y lo mete dentro de su boca mientras él lo succiona.
3. Beso de lengua: las lenguas de ambos amantes se acarician y encajan en la boca del otro. Es popularmente conocido como el “beso francés”.
Ahora bien, sobre esta base salen muchas derivaciones, aquí solo mencionaremos algunas.
Beso ladeado: es el clásico de las películas de romance. Las cabezas de los amantes se inclinan en sentidos opuestos y se produce el beso. Esta postura permite una profunda penetración de la lengua además de un mejor contacto de labios.
Beso de presión: Los labios se juntan y se presionan enérgicamente con la boca cerrada. No es recomendable prolongarlo durante mucho tiempo pues puede causar pequeñas heridas en la parte interior de los labios. Es ideal para iniciar el juego sexual.
Beso palpitante: uno de los amantes le da al otro muchos besos muy pequeños sobre las comisuras de la boca. Tiene un aire más romántico.
Beso de pestañas: se recorren los labios, la cara y las pestañas con besos. En ocasiones, al igual que el anterior es más cariñoso que apasionado.
Beso con dos dedos: se juntan los dedos mojados ligeramente y se presiona la boca del amante.
Beso al pecho: son los más efectivos pues los pezones (tanto de hombres como de mujeres) son zonas muy erógenas. Se dan primero con los labios y un poco de saliva, luego se puede aplicar pequeños mordiscos dependiendo del gusto de la pareja.
Atrévete a conseguir los besos más placenteros y apasionados con tu pareja. No te intimides y juega de mil maneras a lograr un clímax más satisfactorio.