Incluir los frutos secos en una dieta sana y equilibrada no sólo contribuye a perder peso, sino a mejorar nuestra salud y prevenir ciertas enfermedades.
Nueces, almendras, maní, pistachos, avellanas entre otros frutos secos, son necesarios introducirlos en nuestra dieta y consumo habitual. Además de ser deliciosas, traen consigo un buen número de beneficios para nuestra salud. Se recomienda su consumo por su poder energético, riqueza en grasas y proteínas, presencia positiva de oligoelementos y por su contenido en Vitaminas del grupo B y Omega 3.
Propiedades y beneficios:
La mitad de su contenido son grasas saludables que ayudan a reducir el nivel de colesterol malo y a incrementar el colesterol bueno. Se trata de grasas saludables porque son insaturadas (mono y poliinsaturadas), ácidos grasos oleicos y linoleicos, así como ácidos grasos Omega 3. Estas grasas intervienen en el control de los niveles de triglicéridos y colesterol del organismo, lo que les convierte en alimentos cardioprotectores. El Omega 3 permite prevenir cualquier tipo de cáncer, ayuda a pacientes que padecen artritis y beneficia al sistema nervioso gracias a su efecto sedante.
Los frutos secos contienen cantidades apreciables de vitamina E, que tiene propiedades antioxidantes. Poseen la mayoría de las vitaminas B, todas estas vitaminas unidas a la cantidad de sales minerales fundamentadas en metales tales como el fósforo, el magnesio, el cobre, el hierro, etc.
Son una buena fuente de energía por ser ricos en calcio, potasio, hierro y zinc, por lo que consumir una porción un par de horas antes de hacer ejercicio te ayudará a ser mucho más productivo. Las almendras son recomendadas por los médicos y especialistas en nutrición por su riqueza en calcio.
Todos los frutos secos son ricos en fibra, ayudan a regular el tránsito intestinal y previenen y protegen al organismo frente enfermedades gastrointestinales.
Los frutos secos componen un grupo de antioxidantes naturales que nos ayudan a combatir el envejecimiento de las células y luchar contra la producción de radicales libres, responsables de enfermedades como el cáncer.
Los frutos secos son una buena fuente de proteínas siendo complementos geniales en una dieta vegetariana, además ayudan a combatir el colesterol malo protegiendo nuestro corazón de enfermedades cardíacas.