Las personas que sean sociales podrán cursar carreras como comunicaciones, derecho, educación inicial, mientras que las más introvertidas pueden optar por la filosofía o la ingeniería en sistemas.
La personalidad es uno de los factores personales que se debería de tomar en cuenta a la hora de elegir una profesión. Los dos componentes de la personalidad son: El temperamento y el carácter. Victoria Sandoval Medina psicóloga y docente de la Universidad Católica Sedes Sapientiae nos muestra como podemos optar por una profesión según nuestra personalidad.
El temperamento es heredado y está en relación con la forma en cómo nuestro sistema nervioso reacciona más fácil a algunas cosas o tarda más en reaccionar en otras. Por ejemplo, aplicándolo al tema, una persona “nerviosa” será difícil que se desempeñe en profesiones en las que se hagan cosas nuevas e inesperadas, por ejm. Enfermería, Medicina; quizá le vendría mejor en aquellas profesiones en las que se trabaje en un solo ambiente y no existan tantos estresores.
A la inversa, para una persona que le sea más fácil controlar su ansiedad podría encajar en ambientes “estresantes” ya que su estrés hará que haga una mejor actividad y por el contrario no lo bloquee. El carácter es la forma en cómo nos comportamos ante los demás y es fácilmente observado e identificado por otros. La persona a la que usualmente identifiquemos como alegre, sociable, locuaz, con facilidad de palabra, podría encajar muy bien en profesiones en las que se necesite este tipo de características, como por ej.: Derecho, Ciencias de la Comunicación, Educación Inicial o Primaria; y a la inversa, una persona a la que se le conozca como introvertida, poco comunicativa, reservada; podría ser más fácil que ejerza profesiones como por ejm. Filosofía, Bibliotecología, Ingenería de Sistemas.
Es preciso afirmar que si bien, la personalidad es importante que se tome en cuenta, no es un factor más importante que otros ni determinante, porque también existen factores personales como los intereses y aptitudes. Un adolescente o joven puede inclinarse a estudiar una carrera “porque le gusta” y puede no tener ciertas características de personalidad que encajen con su carrera, sin embargo, la personalidad puede modificarse es decir, puede el interesado (a) buscar desarrollar esas características mientras estudia la profesión elegida y al final conseguir ser un profesional completo. Esto último no es imposible, se necesita constancia y dedicación para lograrlo.