La comodidad, el precio y el ahorro de espacio que aporta un e-book se imponen al olor del papel y al tacto de los libros antiguos.
Leer en una pantalla puede cansar la vista y hasta dañarla, pero la capacidad de transportar cientos de libros en un celular o aparato pequeño similar hace olvidar los hándicaps. Eso sí, se sorprenden al enterarse de que, según un reciente estudio, los libros electrónicos contaminan más. Sólo los más tradicionales siguen prefiriendo el papel, aunque sus argumentos son demasiado románticos y menos prácticos.
El gasto de energía o el material para construir los celulares consiguen que los ebooks sean bastante más contaminantes de lo que creemos. Así que la recomendación es utilizar libros editados en papel reciclado, leer ejemplares de las bibliotecas o pedirlos prestados a los amigos.