Un estudio científico realizado por la revista Behavioural Processes afirma que los gatos y las mujeres entablan un vínculo casi humano, como el de madre e hijo.
Puede que pienses que la relación entre un hombre y un gato es igual que a la de una mujer y su mascota felina, sin embargo, está comprobado que los gatos construyen un vínculo mucho más fuerte si una mujer es su dueña.
La investigación fue realizada por estudiosos de la Universidad de Viena. Se tomaron 42 casos de interacciones de gatos con sus dueños, hombres y mujeres. Los resultados arrojaron que tanto amos como mascotas se influenciaron entre ellos, a tal extremo de controlar el comportamiento del otro. Por ejemplo, el gato tiene el control cuando es alimentado, decide cómo, dónde y cuándo comer. Esto es muy similar al comportamiento de un bebé.
Las mujeres jóvenes y extrovertidas cuyos gatos también son jóvenes y activos tuvieron una mejor relación que los demás. En estos casos los gatos solo tienen que dar algunas señales muy básicas y tenues para que instantáneamente les den de comer o los acaricien.
No hay distinción si el felino es macho o hembra, lo que sí es indispensable es que sea una mujer la dueña. Los gatos se acercarán más a ella y posiblemente sean estos quienes inicien el contacto saltando sobre sus piernas o jugueteando entre ellas.
Los gatos y sus dueños presentan personalidades muy parecidas además de una atracción mutua y cierto afecto, afirma Dorothy Gracey, una de las investigadoras del estudio. “Un humano y un gato pueden desarrollar mutuamente interacciones rituales complejas que muestran el entendimiento mutuo de las preferencias e inclinaciones”.
Puede que los gatos y las mujeres tengan mucho que ver pues ambos son muy sensibles y sofisticados. No es sorprendente entonces que en la antigua Grecia y Roma los gatos le fueran consagrados a la diosa Diana. Si tienes un gato, ten por seguro que él se cree tu bebé, consiéntelo y cuídalo como si lo fuera.